Elegir al aprendiz

Nuestro amigo debe reunir los siguientes requisitos:
Preferiblemente macho, son más parlanchines por naturaleza y si va a criar tiene menos riesgo de muerte. Aunque las hembras también pueden aprender palabras y algunas son grandes charlatanas.
Periquito joven que no haya iniciado la primera muda, mejor aun si acaba de ser independizado de sus padres.
Carácter alegre, dócil y juguetón. Es importante que no se asuste con tu presencia.
Que sea manso por herencia, es decir, que alguno de sus progenitores también tenga esta cualidad.
El aprendiz ideal
Además de lo anterior, aconsejamos que el periquito elegido sea de nuestro gusto, es decir, que sea bonito. Ya que nos vamos a molestar en enseñarle no vamos a elegir uno de colores feos o de talla demasiado pequeña.
No es muy recomendable elegir una hembra por dos razones. Primero, porque en general parlotean menos que los machos, y segundo, porque si además va a criar tiene mucho más riesgo de muerte que un macho: problemas en la puesta de huevos.
Debemos descartar los ejemplares adultos o viejos, pues ya han adquirido hábitos su juventud y su parloteo o canto está desarrollado. Un periquito que ha sido independizado de sus padres recientemente es lo ideal, es decir, un ejemplar de unas seis semanas, y en todo caso que no haya realizado su primera muda (menos de 4-6 meses según el clima).
Los periquitos ariscos no son buenos aprendices, pues antes de nada tendríamos que enseñarles a ser mansos. Si ya partimos de uno que lo es por naturaleza, tiempo que ganamos. Y si además lo es por herencia, cuando críe tendrá hijos más dóciles que él.

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